Hoy quiero traeros esta receta de un magnífico caldo cuyas propiedades curativas y nutritivas son excepcionales.
Soy de los que piensa que es conveniente cenar ligero, pero con algo nutritivo, a partir de una cierta edad, por muchas razones.
La primera, porque según transcurren los años, el metabolismo cambia y es conveniente no irse a la cama tras una cena copiosa, más si el estilo actual de vida nos lleva más a relajarnos y a no movernos por la noche. Si además el tiempo transcurrido entre la cena y la hora de acostarse no es suficiente, la digestión puede hacerse pesada.
Y la segunda, porque un caldo tan sencillo pero tan exquisito nos puede proporcionar todo lo que necesitamos desde un punto de vista nutritivo como por sus propiedades. Cebolla y ajo por sus propiedades antibacterianas, la cúrcuma por sus propiedades antiinflamatorias, el jenjibre por su capacidad de prevención de infecciones, y todo ello por su alto contenido de enzimas y vitaminas. Si además, lo tomamos como crema y no como caldo, el aporte de fibra nos irá genial.
Te dejo la receta (tanto del caldo como de la crema) en este enlace. ¡Bon appétit!